*Por Lola Paz Lozano
La forma de hacer turismo fue modificándose en los últimos años; hoy en día los gastos y consumos excesivos no son protagonistas, sino lo son las experiencias orientadas a la reducción del impacto ambiental.
La sostenibilidad en los viajes no es algo reciente, sin embargo, se está convirtiendo en algo sumamente novedoso. Científicos estiman que para el año 2050 los viajes aéreos representarán el 25% de las emisiones de carbono globales.
En este último tiempo, lamentablemente, pudimos observar que la naturaleza sigue siendo golpeada por los humanos en distintos puntos del país y del mundo; en su mayoría, turistas que inician el fuego para alguna comida o para combatir al frío.
Pese a esto, con los años, levemente van incrementándose los esfuerzos de sostenibilidad por parte de los gobiernos y empresas. Como consecuencia de ello, se ha originado un turismo distinto, basado en el respeto al medio ambiente y la reducción de la huella de carbono: el turismo sostenible.
¿En qué consiste? En que los turistas conecten con la naturaleza, aprendiendo de ella sin causar daños al ecosistema o, al menos, procurar que su impacto sea menor. En cambio, el turismo en masa provoca deterioro en los ecosistemas; promueve empleos temporales y afecta directamente a la cultura del lugar.
Para tener en claro cómo diferenciar el turismo sostenible del turismo en masa, algunas de las características más relevantes son:
- Uso correcto de los recursos ambientales: uno de los mayores atractivos del turismo es la naturaleza del lugar de destino.
- Respeto a la sociedad y su cultura: respetar las costumbres del lugar, de su gente, la arquitectura de sus calles y su estilo de vida.
- Beneficio económico de los locales: se busca garantizar la mejora económica de la sociedad, generando empleos estables y una distribución de los ingresos que beneficien a toda la comunidad.
La OMT y el Programa de Naciones Unidas determinaron 12 objetivos principales que enmarcan el turismo sostenible:
- Desarrollo económico: garantizar estabilidad económica del lugar y perseguir beneficios a largo plazo.
- Mejora local: enfocarse en crear atractivos turísticos que impliquen una mejora o progreso para la localidad.
- Garantía de empleo: generar más oportunidades y estabilidad, que no sólo sean buenos económicamente, sino también sostenibles a lo largo del tiempo, evitando empleos temporales.
- Igualdad social: distribuir la riqueza generada por el turismo entre toda la comunidad de forma equitativa.
- Satisfacción del turista: facilitar una experiencia positiva en el visitante, priorizando la seguridad del mismo y del entorno.
- Control de los locales: permitir que se involucren en la toma de decisiones con respecto a la prestación de actividades y servicios de turismo sostenible.
- Bienestar social: garantizar la calidad de vida del lugar, e incluso promover la mejora tanto en estilo de vida como en infraestructuras, siempre y cuando no dañe directamente el ecosistema del lugar.
- Preservación de la cultura: es fundamental respetar la cultura social.
- Integridad del entorno físico: mantener los paisajes en su estado óptimo, conservar sus espacios y contribuir constantemente a su mejora.
- Integridad del entorno biológico: conservar las áreas verdes y naturales, la fauna y la flora para así garantizar el menor daño posible.
- Uso eficiente de los recursos: maximizar el uso de recursos renovables y minimizar y proteger los no renovables o en peligro.
- Pureza del ambiente: incentivar la reducción de basura y residuos, además de contribuir a la reducción de la contaminación del ambiente.
*Lola Paz Lozano periodista, redactora, auxiliar de contenidos en Empatía Comunidad.