*Por Victoria Genchi
En la búsqueda por mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes, se ha iniciado una carrera para ofrecer mejores lugares y que sean inteligentes.
Actualmente, la revolución digital influye en la forma en que se conciben las ciudades y los espacios públicos. Por un lado, la toma de decisiones se realiza basada en datos, la gestión o el diseño; y por otro lado, mediante el despliegue extenso y rápido de la infraestructura digital en el entorno urbano. Todo lo anterior requiere de una importante inversión cuyos resultados pueden cambiar el rumbo de las ciudades.
En una entrevista de Real Estate Market de México a Federica Buricco, asociada senior de CRTKL, ella comenta “Todo lo anterior requiere de una importante inversión cuyos resultados pueden cambiar el rumbo de las ciudades”.
Gracias al uso de la tecnología, cada vez se están adaptando edificios para que estén comunicados entre sí desde la orientación digital; redes omnipresentes de alta velocidad; compactadores de basura; contenedores con energía solar; cargadores de teléfonos; estaciones de carga de vehículos eléctricos (EV); sistemas de señales de alerta temprana; detectores de ruido y calidad del aire; apps que mejoran los servicios médicos; sensores que administran el tráfico y el alumbrado público, entre otros.
Pero las smart cities son más que conectividad, datos o servicios públicos, incluyen la experiencia social colectiva. Las ciudades inteligentes van más allá de edificios con sensores y seguridad con cámaras. Con los gemelos digitales se pueden crear réplicas virtuales completas de barrios y ciudades, alimentarlos con datos en tiempo real y utilizar la información para tomar mejores decisiones.
Con el uso de simulaciones de construcción en proyectos, se puede predecir cómo se desempeñarán las diferentes intervenciones y dar una idea de cómo el entorno construido impactará positivamente en la gente y en el planeta.
Para que funcione una ciudad son importantes los datos en tiempo real recopilados de los sensores, así como el seguimiento de la infraestructura física a través de la tecnología de gemelos digitales; pero para que estas experiencias sean significativas para las personas que las habitan, los dispositivos personales también deben formar parte del ecosistema digital.
Por lo que, en las smart cities del futuro, será importante la colaboración, la innovación y la tecnología. Al no existir una fuente única de todos los elementos que contribuyen a la idea de ‘Sociedad como plataforma’, se necesita de una mayor colaboración y más innovadora entre arquitectos, inversionistas, desarrolladores y autoridades locales para que puedan conectar los puntos.
“Si se conectan correctamente los ciudadanos, las empresas y las autoridades locales, se vuelven más ágiles y pueden apoyar el progreso hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. Además, los datos urbanos abiertos accesibles en tiempo real fomentan la participación ciudadana y promueven la inclusión y la igualdad”, expresó Buricco.
Las ciudades en el futuro serán lo suficientemente inteligentes como para sostenerse a sí mismas, es sólo cuestión de tiempo hasta que el mundo entero se vuelva un lugar inteligente logrando conexiones entre las ciudades de manera global.
*Victoria Genchi, redactora, auxiliar de prensa en Empatía Comunidad