Por Vanesa Armesto*
El contexto económico actual tiene al mercado entre las cuerdas, con un nivel de ventas por debajo de los meses más complicados de la crisis del 2001.
La economía argentina nos enseñó a transitar por diferentes escenarios: cambios políticos; sociales; inflación; corridas bancarias, que si el mercado fuera Mafalda, en más de una oportunidad, expresaría la famosa frase “paren el mundo que me quiero bajar’’.
El contexto actual del mercado: baja de precios y sobre stock de inmuebles ofrecidos en venta, no es suficiente para atraer compradores.
La suma de la cantidad de ventas de mayo y junio de este año está por debajo de la cantidad informada por el Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires durante los meses de noviembre y diciembre del 2001, en plena crisis.
En ese momento, ambos meses sumaban un total de 8.782 escrituras, mientras que entre mayo y junio de este año se concretaron 5.871 escrituras en la Ciudad de Buenos Aires.
Aunque la coyuntura actual no es comparable con la vivida en ese momento, si nos detenemos en cuál fue el comportamiento del mercado, podemos establecer algunas similitudes con aquel momento, también marcado por la incertidumbre, falta de previsibilidad e inestabilidad.
Al igual que en la actualidad, los valores de las propiedades sufrieron una depreciación, aunque en el 2001 bastante mayor, alcanzando bajas en algunos casos cercanas al 80%.
En la crisis que lleva el mercado desde el 2018, los valores sufrieron una baja aproximada del 30%, y ya tocaron su piso.
Ambos escenarios ofrecen muy buenas oportunidades para quien cuenta con los dólares.
Si analizamos la demanda desde noviembre 2001, también se retrajo casi por completo hasta mitad de 2002, producto de la incertidumbre que reinó en el país, junto con la suba del dólar y la caída de la convertibilidad, que eliminó el tan nombrado: “1 dólar igual 1 peso”, devaluación, y pérdida de los créditos hipotecarios.
Pero, a diferencia de lo que sucede en la actualidad, con el correr de los meses las ventas comenzaron a estabilizarse y, de acuerdo a las estadísticas, superaron ampliamente a las ventas realizadas mensualmente en lo que va del 2022, porque los ahorristas vieron en el ladrillo el mejor resguardo de su capital.
Los puntos neurálgicos que no permiten salir de la meseta en que se encuentra el sector actualmente, son:
–La falta de seguridad que generaron medidas como la Ley de Alquileres, que desequilibró la cantidad de inmuebles ofrecidos en ambos nichos y distorsiona los valores tanto de venta como de alquiler.
-Sobre stock a la venta de inmuebles que antes se alquilaban.
-Falta de créditos, como la línea que se encuentra a la espera en el Congreso, que atraería a los inversores.
–Volatilidad cambiaria. Es necesario lograr estabilizar la cotización del dólar para que no ocurra lo de las últimas semanas, que retrajo el poco movimiento que se venía presentando.
El sector es resiliente, pero esta vez, le está costando más. El mercado necesita ser contenido con medidas que le permitan el buen funcionamiento.

*Vanesa Armesto: Editora periodística de Real Estate Data. Periodista y Corredora inmobiliaria matriculada de Cucicba. Matrícula 1413. Con una trayectoria de 20 años en el mercado inmobiliario. vanesa@realestatedata.com.ar
2 respuestas
Cómo nos tiene acostumbrados vanesa brillanté la nota 👏👏👏
En la crisis del 2001-2002 la propiedad registró caidas de precio fenomenales. Enn Puerto Madero se llegó a vender a 800 usd /m2 oficinas triple A. Hoy en dia si bien las ventas han caido muchisimo sus precios ni remotamente registran ajustes similares. Creo que la propiedad debería bajar un porcentaje significativo todavía, y entonces se podrá encontar un nuevo nivel de operaciones.