Por Vanesa Armesto*
Franklin con cara grande SI. Franklin con cara chica NO. ¿Por qué se discrimina a estos billetes? ¿Qué pasa en una operación inmobiliaria?
En una sociedad como la nuestra, debido a la desconfianza generalizada en la moneda local y sus continuas devaluaciones, el resguardo de reserva está 100% pensado y efectivizado en dólares.
Es por esto que este tipo de noticias generan más de un problema para los ahorristas. En general la tradición de una gran parte de la población es atesorar los billetes por años; esto implica que dentro de la nómina existan dólares de diferentes partidas, que no por eso dejan de estar vigentes.
Desde hace unos años comenzó a circular la versión de que los dólares emitidos hasta el año 1996 iban a dejar de circular. Esta idea se fundó en una publicación de un diario de economía estadounidense, donde se hacía referencia a que llevaban unos cuantos años sin emitir estos billetes. Eso bastó para que el fantasma de que en poco tiempo saldrían de circulación comenzara a rodar.
A partir de ese momento, la página oficial de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), la entidad monetaria central del país norteamericano, se encargó de publicar comunicados, en varias oportunidades, aclarando que ningún dólar vence, y que todos continúan vigentes, “toda moneda estadounidense sigue siendo de curso legal, independientemente de cuándo se haya emitido”.
De esta manera, quedó claro que los billetes de Cien Dólares emitidos hasta 1996, familiarmente llamados “cara chica”, son legales, pero en Argentina, como no podría ser de otra manera, fue el comienzo de una nueva “avivada argento”.
Esta falsa teoría sobre los billetes de 100 dólares se fue profundizando y actualmente se transformó en un problema de muchos, que se traduce en pérdida de valor. En teoría estos billetes no tienen ningún defecto, pero en la práctica cada vez son más discriminados.
En muchos casos trae inconvenientes en las transacciones, y pérdida de valor para el poseedor. ¿Está bien que sea así? No, pero lamentablemente es una tendencia que se impuso, aunque no cuente con bases sólidas.
La realidad choca con la cotización informal y el cepo argentino, que ponen como protagonistas a las casas de cambio. Desde ahí, apoyándose en que los billetes mas antiguos, o “cara chica”, son más vulnerables a ser falsificados, ya que poseen menos medidas de seguridad, comenzó esta movida de rechazo a los “cara chica” que derivó en que sea aceptados pero con una cotización diferente, es decir, un valor menor.
En el país de origen, Estados Unidos, ningún billete, sea del año que sea, no es aceptado y mucho menos tiene un valor diferente. Pero en Argentina, sí. Y como la mayoría guarda los dólares durante años, hoy se enfrentan a un problema.
Al momento de tener que realizar una operación en esa moneda, es muy probable que la contraparte los rechace, y en el caso de hacerlo, se vean perjudicados por tener que darle un valor inferior que va entre un 2% y 4% menos que el billete de Franklin “cara grande”.
Si bien en nuestro país esta modalidad surgió en las casas de cambio informales, en el ámbito legal, como es el caso de una operación de compra-venta inmobiliaria o de un automóvil, se presenta la misma situación.
En muchos casos, con el fin de evitar inconvenientes en el momento de las firmas, y con el antecedente de que no hay un sustento legal o válido para no aceptar estos billetes, se tomó por costumbre agregar una cláusula en las reservas, señas y/o boletos, que aclaren que solo se recibirán “billetes de 100 dólares de series posteriores a 1996″.

*Vanesa Armesto: Editora periodística de Real Estate Data. Periodista y Corredora inmobiliaria matriculada de Cucicba. Matrícula 1413. Con una trayectoria de 20 años en el mercado inmobiliario. vanesa@realestatedata.com.ar