Por Vanesa Armesto*
La nueva ley de alquileres sigue generando secuelas, la crisis del sector se profundiza con el correr de los meses.
El pasado 31 de marzo venció el decreto que congelaba los valores de los alquileres y suspendía desalojos. A partir de ese momento comenzó una alocada carrera en busca de inmuebles en alquiler por parte de los inquilinos, ante el inminente final de sus contratos.
La búsqueda resulta ardua e infructuosa, dado la escasa oferta del mercado y los altos valores. Con el fin del decreto a lo largo de todo el país, numerosos propietarios decidieron retirar del mercado locativo sus inmuebles, muchos de ellos pasaron a englobar la alta cantidad de ofrecidos a la venta, y otros tantos prefieren, incluso, mantenerlos “cerrados”, y esperar a ver cómo se desarrolla el sector, antes que alquilarlo.
Hoy, alquilar en Argentina se tornó una experiencia complicada, ¿por qué?, por una ley que no colabora con la partes, sino todo lo contrario, genera diferencias difícil de acercar.
A la hora de pensar en un nuevo contrato las subas rondan entre el 50% y 60% del anterior, cifras que escapan a la realidad económica de gran parte de los inquilinos, y más pensando en los endeudamientos que generaron los que se adhirieron al DNU.
Ante esto, muchos propietarios e inquilinos encuentran soluciones alternas, como una prórroga de contrato, que de no modificar ninguna de las partes intervinientes, es la opción más viable “al mientras tanto”. De esta manera acuerdan las pautas sin regirse bajo los términos de la nueva Ley. En estos casos se negocia mejor valor de inicio, ya que hay aumentos escalonados, y no anuales ni dados por un índice que aún se desconoce.
Ahora, me cabe la siguiente reflexión, 5 años analizando una nueva Ley Nacional de Alquileres, para que las partes no quieran utilizarla…
Me consta que muchos locatarios tampoco están de acuerdo con esta ley, no se sienten beneficiados e incluso, muy por el contrario, sienten que los perjudica.
Otro tema que se suma es la incertidumbre de la pandemia, que provoca un estado de “alerta”, sobre todo en los propietarios, ante una “segunda ola de decretos en el ámbito de los alquileres”, es decir que con una cuarenta semejante a la del 2020, y una economía frenada, podrían presentarse medidas similares a las tomadas en su momento que llevaron al estado de crisis actual de los alquileres.
Esta Ley, desde su puesta en vigencia hasta el momento, solo provoco malestar y tensión en un tema tan sensible como es la vivienda.
Te enumero al menos cinco efectos como resultados:
- Crisis del mercado.
- Tensión en relación locativa.
- Poca oferta/alta demanda.
- Suba de precios.
- Y una muy importante: está dejando afuera del mercado al inversor para renta.
Desde el sector se presentaron 3 proyectos para derogar la Ley o al menos modificar los puntos más controvertidos:
- Tiempo de vigencia
- Ajustes anuales
- Registro ante Afip
- Desalojos más agiles
Vivimos una época difícil, donde estamos pendiente de lo que la pandemia nos depare, quizá es un buen momento para ser más comprensivos e intentar mediar de la forma correcta, y creo que es nuestro mayor desafío como corredores en este contexto.

*Vanesa Armesto: Editora periodística de Real Estate Data. Periodista y Corredora inmobiliaria matriculada de Cucicba. Matrícula 1413. Con una trayectoria de 20 años en el mercado inmobiliario. vanesa@realestatedata.com.ar