Por Vanesa Armesto*
La sociedad está sumergida en un continuo tironeo político, que arrastra al mercado a un complejo estado de incertidumbre y continúa alejando a las inversiones.
Nunca fue fácil predecir el mercado, y actualmente se torna cada vez más difícil. Los diferentes acontecimientos políticos y sociales marcan el complejo escenario.
En las últimas semanas volvimos a sufrir un nuevo movimiento que provoca mayor incertidumbre, y como consecuencia una nueva pausa en las operaciones.
El contexto político que vive nuestro país aleja a las inversiones, les quita credibilidad y expectativa, en un mercado distorsionado que no encuentra el rumbo dentro de las ventas y menos aún en el sector locativo.
Como consecuencia de estos vaivenes políticos, lo importante carece de fuerza, y así desaparecen de la mesa de discusión temas prioritarios como la modificación de la ley de alquileres.
La crisis política instalada tironea este frágil mercado, con una actividad limitada, tanto en venta como en alquileres. Hoy es difícil, por no decir imposible, alquilar.
La escasa oferta, que se redujo desde 2020 en un 45% aproximadamente y los altísimos valores, exponen a los inquilinos a una situación por demás complicada.
Más aún teniendo en cuenta el crecimiento de hogares que alquilan. Según la Encuesta Permanente de Hogares, realizada por Indec, a nivel nacional en 2001 el 11% de los hogares alquilaban; esa cifra se elevó al 16% en 2010, y en 2021 alcanzó el 19%.
En la ciudad de Buenos Aires, donde se concentra la mayor problemática del sector locativo, el porcentaje de inquilinos aumentó en forma sostenida desde 2001, del 23% hasta alcanzar en la actualidad el 35%.
Estos números reflejan claramente que la oferta actual no cubre la demanda de personas que necesitan alquilar una vivienda.
Por el lado de las ventas, pese a vivirse una situación inversa, con valores que desde 2019 se desvanecieron en el nicho de los usados en el orden del 35%, y con una variedad histórica de unidades ofrecidas, se hace difícil conseguir compradores.
Hoy las posibilidades de comprar están muy reducidas por la falta de créditos, la dificultad de adquirir dólares, y la inflación que devora la capacidad de ahorrar.
Para aquel que tiene ahorros, la falta de confianza y de seguridad hace que se retraiga y, en algunos casos, comience a mirar otras opciones, como invertir en países vecinos. Esto como una alternativa de refugio ante la inestabilidad y la incertidumbre socioeconómica, sumado al conflicto político que se vive en nuestro país.
Mucho se habló durante los últimos días, dentro del sector, de un cambio de ciclo; sin lugar a dudas es extremadamente necesario. Desde los que formamos parte del sector, promovemos ese cambio de ciclo, impulsando medidas que ayuden. Pero este cambio de ciclo también debe estar acompañado por quienes tienen la responsabilidad de dirigirnos, y el mercado después va acompañar. Siempre lo hace.
La clase media, que es la que va a recuperar el mercado, necesita incentivos y estabilidad. Pero justamente es la clase más golpeada dentro de este contexto. Hoy, es un grupo muy reducido el que tiene la posibilidad de invertir, y es por eso que ciertos proyectos premium están teniendo buena repercusión. Pero, lamentablemente, no es suficiente para marcar un ritmo de recuperación.
El malestar que se vive como sociedad aleja a quien tiene un ahorro para invertir. No perdamos de vista que el mercado siempre reacciona al comportamiento de la gente.

*Vanesa Armesto: Editora periodística de Real Estate Data. Periodista y Corredora inmobiliaria matriculada de Cucicba. Matrícula 1413. Con una trayectoria de 20 años en el mercado inmobiliario. vanesa@realestatedata.com.ar
Una respuesta
Al fin alguien que publica que sucede realmente y no trata de vender lo que no es posible.