Por Vanesa Armesto*
El optimismo de los argentinos se desvanece ante cada anuncio del índice de inflación. El ahorro dejó de ser una posibilidad en la mayoría de los hogares y, como consecuencia, la posibilidad de invertir cada vez se aleja más.
Nuestra sociedad tiene instalado culturalmente el ahorro. Es la forma de construir un capital y así concretar una inversión futura, como, por ejemplo, la máxima adquisición, que sería la compra de una vivienda.
Por supuesto, este ahorro conlleva cierto grado de sacrificio, de guardar una parte de los ingresos, sin dejar de cubrir las cosas esenciales, y desde ya darse algún gusto.
El gran problema de la Argentina actual, y que ya lleva varios largos años, es que a la mayoría se le hace difícil llegar a cubrir los gastos mensuales, haciendo imposible guardar algo de los ingresos, y generar ese ahorro.
Esto hace que el común de los argentinos pierda el entusiasmo, y sea cada vez más difícil proyectar. Así lo refleja el “Diagnóstico sociopolítico y económico de la Argentina” correspondiente al mes de septiembre, que lleva adelante la consultora Trespuntozero.
Este estudio muestra que 7 de cada 10 argentinos siente que su situación económica actual es mala o muy mala. Esta respuesta es argumentada por más de la mitad de los encuestados, a los que no les alcanzan sus ingresos para llegar a fin de mes, mientras que el 30% llega con lo justo, y apenas un 10% puede cubrir todas sus necesidades a lo largo del mes.
Es decir que, de acuerdo a estos datos, algo así como el 90% de ese universo no tiene la posibilidad de ahorrar, muchísimo menos de pensar en adquirir una vivienda propia.
Siguiendo con esta lógica, si hubiese la posibilidad de crédito hipotecario, este grupo también quedaría excluido. Lamentablemente, nuestra experiencia crediticia nos muestra que pueden acceder aquellos que pueden demostrar, ridículamente, que no lo necesitan.
Retomando la información que dejó el diagnóstico de septiembre, para los encuestados el principal problema de la economía del país es la inflación. El índice de agosto publicado por el INDEC fue del 7%, y una acumulada en lo que va de 2022 del 56,4%, lo que proyecta una inflación anual cercana al 100%. Este aceleramiento de la inflación es responsabilidad de la gran incertidumbre política y económica.
La ausencia de crédito, la alta inflación que diluye el salario y la amplia brecha cambiaria con el cepo, terminaron por dejar fuera de escena el acceso a la vivienda, y son los factores que llevaron al estado del mercado inmobiliario que se vive desde hace más de cuatro años.
Con este panorama, la única opción viable es alquilar, situación más que compleja en el contexto actual. No solo por la falta de stock y los valores iniciales, sino también por el ajuste: de la mano de la inflación, el pago del alquiler absorbe más de la mitad de los ingresos.
Todos los datos que pudimos analizar hasta el momento tienen que ver con la situación actual, pero posiblemente lo que más relevancia tiene es saber qué esperan de acá en más, cuáles son las expectativas que tienen los argentinos, estando tan próximos al 2023, cómo proyectan su economía.
Ante esta inquietud, de los encuestados por Trespuntozero, el 61,1% aseguró que su situación económica y la de su familia estará “igual de mal” o “peor” dentro de un año, mientras que un 26,1% cree que estará “mejor” o “igual de bien” y un 12,8% de los encuestados no lo sabe.
El optimismo de los argentinos está en crisis. La incertidumbre, la inseguridad económica, generan falta de visión a futuro, que es lo que se necesita. Sin confianza no hay economía sana, y por ende no se puede proyectar un mercado estable.
Crear confianza es el motor esencial para empezar a mover la economía y, como consecuencia, el mercado.

*Vanesa Armesto: Editora periodística de Real Estate Data. Periodista y Corredora inmobiliaria matriculada de Cucicba. Matrícula 1413. Con una trayectoria de 20 años en el mercado inmobiliario. vanesa@realestatedata.com.ar