*Por Lola Paz Lozano
Realidad virtual, metaverso, diseño, mapping y animación son algunos recursos que se fusionan con otros en la tendencia de acercar experiencias sensoriales a un concepto artístico.
Estas experiencias sensoriales envolventes permiten la inmersión del espectador en las diferentes obras de arte. De esta manera no sólo se las observa sino que se sumerge en ellas, utilizando todos los sentidos además de la visión.
El formato “inmersivo” es ni más ni menos que un capítulo de la realidad virtual, un concepto en el que la tecnología cumple un papel importante y dinámico. Las formas tradicionales de recorrer museos quedaron atrás para dar lugar a experiencias en la que las personas ponen su cuerpo para habitar el arte.
Además, la tecnología es un buen recurso para atraer al público más joven, ya que son los que menos frecuentan los museos. También, personas que dicen “no saber de arte” o incluso no les llame la atención, terminan vibrando y sumergiéndose en este maravilloso mundo sensorial.

Tres recursos fundamentales para aplicar a esta experiencia inmersiva son el metaverso, generalmente compuesto por múltiples espacios virtuales tridimensionales compartidos y vinculados a un universo virtual. Es un concepto que describe una experiencia inmersiva y multisensorial en el uso de diversos dispositivos y desarrollos tecnológicos en internet.
Otro recurso importantísimo es contar con realidad aumentada, en donde un conjunto de tecnologías permite que una persona visualice parte del “mundo real” a través de un dispositivo tecnológico con información gráfica adicional. Así, los elementos físicos tangibles se combinan con los virtuales y crean una realidad aumentada en tiempo real.
Y por último el mapping, una técnica donde se utilizan proyectores de vídeo para desplegar una animación o imágenes sobre superficies reales con el fin de conseguir un efecto artístico específico. Está basado en los movimientos que crea la animación 2D y 3D y hay distintas versiones: puede ser mapping arquitectónico, artístico y reconstructivo, entre otros.

En lo que respecta a Argentina, este año se realizó la primera experiencia de realidad inmersiva de la mano de Imagine Van Gogh, una exposición realizada en el mes de febrero que duraría un mes y se extendió hasta fines de julio por la enorme concurrencia.
La exposición ya visitó las principales capitales del mundo y vendió más de un millón de entradas. Buenos Aires fue la segunda ciudad que recaudó mayores espectadores después de Vancouver Canadá; aún no se confirmó el regreso de las obras pero tampoco se descarta.
*Lola Paz Lozano periodista, redactora, auxiliar de contenidos en Empatía Comunidad.