*Por Lola Paz Lozano
Se trata de un proceso de aprendizaje hacia una nueva relación dinámica con la comida, donde no existen dietas y abundan los hábitos saludables.
El Mindful eating permite llevar plena atención a la nutrición para comenzar a comprenderla –y aplicarla– a través de nuestras emociones y sensaciones corporales, y así alimentarnos de una manera más consciente y saludable. No es hacer una dieta ni demonizar determinados alimentos, se trata de un estilo de vida.
Consiste en escuchar las sensaciones corporales, prestar atención y discernir las señales de hambre y saciedad, para nutrirnos, sentirnos saludables y satisfechos, física y emocionalmente, y aprender a distinguir el hambre fisiológico del emocional.
En este estilo de vida son muy importantes y se complementan la meditación, porque sirve como una manera de afinar el instrumento, nuestra parte corporal; la intención focalizada en el pensamiento de para qué comemos y a su vez darnos cuenta de que no siempre lo hacemos por hambre físico; y por último la actitud de compasión hacia nosotros mismos, de curiosidad, de apertura a la experiencia y sobre todo de autocuidado.

Una de las problemáticas más complejas que se presenta es mejorar la relación con la comida entendiendo cuando en verdad tenemos hambre. Para ser más conscientes de esta relación con la comida, un paso fundamental es comprender y escuchar nuestro metabolismo y conducta alimentaria.
Para la Licenciada en Nutrición (MP 5641), Magalí Giovannini “esta técnica y todas las que conlleven hábitos saludables son bienvenidas. La pandemia ha empeorado la forma de alimentarse de la gran mayoría, por eso, es importante que se visibilice este estilo de vida y cualquiera que sea saludable”.
“Al consultorio llegan muchos pacientes con la misma dificultad: no me da saciedad nada. Con una buena alimentación, y sobre todo consciente, eso es imposible que suceda”, agrega la licenciada. Por eso siempre es importante consultar con médicos profesionales en nutrición y asesorarse de la manera más correcta.
¿Cómo empezar a incorporar y practicar el mindful eating? Observando qué es lo que realmente tu cuerpo te está pidiendo. A la hora de comer los primeros bocados, intenta hacerlos conscientemente, atendiendo al aspecto, el olor, los sabores, la sensación en tu estómago de lo que ingerís. Algunos consejos para tener en cuenta son:
- Tomar un poco de agua antes de comer disminuye la ansiedad y aumenta la sensación de saciedad.
- Cuidar la presentación de lo que comes, se dice que se come por los ojos, por eso la estimulación visual de tus platos es importante y darle valor a su presentación también.
- Comer sentado y sin distracciones, de este modo, al poner atención en el acto de comer, te resultará mucho más fácil observar y detectar si te sentís satisfecho.
- Masticar lento, está comprobado que contribuye a comer menos cantidad (porque así el cerebro detecta las señales de saciedad).
El mindful eating o alimentación consciente enseña a escuchar las señales del cuerpo, para reconocer qué, cuánto, cuándo y cómo comer. Despierta los sentidos, aprendiendo a disfrutar la comida de una manera nueva y satisfactoria, brindando herramientas para decodificar pensamientos y emociones frente a la comida.Además, ayuda a eliminar el sentimiento de culpa con respecto a los alimentos; es un excelente estilo de vida que deberíamos adoptar la gran mayoría, siempre consultando y asesorándonos con un profesional de la salud.
*Lola Paz Lozano periodista, redactora, auxiliar de contenidos en Empatía Comunidad.