Por Vanesa Armesto*
La economía está colapsada, la inflación roza los 7 puntos, y las medidas que pueden potenciar la actividad se siguen demorando.
La construcción siempre fue considerada como el motor capaz de dinamizar la economía de cualquier país. De ella dependen numerosas industrias, que generan trabajo a un sinfín de personas.
La recuperación de las economías del mundo, en la post pandemia, están basadas en gran parte en este sector. Las proyecciones daban que la expansión del PBI global de la construcción promediaba el 4.5% desde el 2020 al 2025; este crecimiento está y estará apoyado principalmente por los estímulos de los gobiernos.
Es decir que ningún país, en mayor o menor medida escapó a las secuelas que dejó el covid-19 en sus economías, y por ende, sus consecuencias en la actividad.
Pero, a diferencia de nuestro país, entienden la importancia del sector para promover una recuperación más ágil y sostenida. La forma de hacerlo es brindando incentivos que promuevan inversión y estímulos fiscales para equilibrar el déficit habitacional.
En este sentido, Argentina parece el reino del revés. Dilata medidas que pueden impulsar el sector y motorizar la economía, y lo que es aún peor, se generan medidas que en lugar de fomentar retraen el mercado.
Todos somos parte del mercado, propietarios, inquilinos, inversores, desarrolladores, constructores, obreros, trabajadores, arquitectos y corredores. Y a todos nos afecta de diferente manera lo que sucede.
Es por esto que estamos pendientes de qué ocurrirá con las medidas que esperan en el Congreso.
En los últimos tiempos la ley de alquileres tomó una gran popularidad. Una ley que lleva casi dos años generando conflicto. Un tema tan sensible como la vivienda está en jaque gracias a esta norma.
Una resolución que se sigue demorando, por no encontrar un punto de acuerdo. La comisión, que hasta el momento escuchó a los representantes de todas las partes, la próxima semana comenzará a debatir cuál será el futuro de inquilinos y propietarios, y debe dar un dictamen. Según se supo, posiblemente se dilate unas semanas más de las pactadas.
Cada día es una agonía para el sector de alquileres. Un conflicto que, de destrabarse, traería algo de certidumbre al mercado.
Y se sigue aguardando por las medidas propias para la construcción, como la prórroga de la ley de Blanqueo e Incentivos para la construcción, que no tuvo oportunidad el año pasado, y sería un gran impulso para la construcción privada que viene librando una difícil batalla.

*Vanesa Armesto: Editora periodística de Real Estate Data. Periodista y Corredora inmobiliaria matriculada de Cucicba. Matrícula 1413. Con una trayectoria de 20 años en el mercado inmobiliario. vanesa@realestatedata.com.ar