Por Vanesa Armesto*
Incertidumbre: “falta de seguridad, o de certeza sobre algo, especialmente cuando crea inquietud”. Es la palabra que mejor define la etapa que estamos viviendo como sociedad, y la falta de certeza e inquietud se traslada al mercado inmobiliario, ante esta segunda ola de Covid.
Estamos transitando, a mi entender, el momento más crítico desde que comenzó la pandemia en nuestro país, allá por marzo de 2020. Digo esto porque llevamos en nuestras espaldas un peso enorme, que soporta un año “tildado” como el peor de la historia, que ocasionó: tensión, angustia, incertidumbre, y un agotamiento que en muchos casos nos ciega, imposibilitando visualizar el futuro.
Hoy, estamos ante una segunda ola de una pandemia que parece no tener fin. Algo conocido y desconocido. Y las noticias de los últimos días no son alentadoras, nos impactan e incluso nos paralizan.
Esto nos sucede a todos en lo cotidiano, y el mercado inmobiliario no escapa a esta situación, de inmediato se sienten las repercusiones, ante la amenaza latente, a la cual nos expone el coronavirus, de una nueva cuarentena estricta.
El sector viene dando pasos pequeños de una incipiente reactivación en los últimos meses, con una gran incertidumbre en las ventas, que en las últimas semanas volvió a reprimirse, casi por completo, sin dudas como efecto inmediato de esta segunda ola.
Entiendo que una pandemia escapa a las posibilidades de todos pero, puntualmente, si nos detenemos en el sector inmobiliario, considero que una cuarentena como la vivida anteriormente expondría al mercado a un nivel muy difícil de repuntar.
Pensemos los posibles efectos en los distintos sectores.
Comercial
Las nuevas restricciones ante la suba de casos, en conjunto con la situación económica, y el arrastre de un 2020 que dejó a este sector entre las cuerdas, lo exponen al límite debido a la imposibilidad de permanecer abiertos, y a las limitaciones en cuanto a la atención. Lamentablemente esta situación vaticina una nueva suba en la vacancia, incluso de lugares históricos. Los shopping y muchos locales probablemente cierren sus puertas en forma definitiva.
Construcción
En cuanto a la construcción, es un sector que, si bien logró estabilizar una cierta recuperación, necesita de continuidad. Es el principal engranaje de la economía. Acaba de reglamentarse el blanqueo de fondos para la construcción, y este martes se anunciaron los créditos hipotecarios para refacciones y construcción, todas medidas que incentivan al pequeño ahorrista a invertir su capital en ladrillo, proyectando una reactivación a mediano plazo, si se mantienen abiertas las obras.
Alquileres
Un tema no menor son los alquileres. La semana pasada comenzó a tratarse en el Congreso la reforma de la Ley de Alquileres, que ojalá se consiga y así pueda regularizar una parte del mercado que está inmerso en una profunda crisis.
En la editorial del news anterior, reflexioné acerca de una posible segunda ola de congelamiento de alquileres, y lamentablemente, por estos días, desde el gobierno anticiparon que no lo descartan. Ante una situación de restricción estricta no sería descabellado pensar que vuelva a darse, lo cual sería altamente perjudicial.
De ninguno de nosotros depende el comportamiento del virus, ni de las medidas que se tomen en este contexto, solo nos queda acompañar, seguir adelante, cuidarnos y extremar todos los protocolos para que nuestra actividad no se detenga.

*Vanesa Armesto: Editora periodística de Real Estate Data. Periodista y Corredora inmobiliaria matriculada de Cucicba. Matrícula 1413. Con una trayectoria de 20 años en el mercado inmobiliario. vanesa@realestatedata.com.ar