Por Vanesa Armesto*
Nada se termina por completo, la pandemia no elimina la vida anterior. La nueva normalidad no es tan nueva, solo está transformada.
Mucho escuchamos hablar acerca de la nueva normalidad. La pandemia llegó y provocó una pausa en nuestra cotidianidad. El cambio, que transitamos obligadamente durante estos dos últimos años, propuso modificaciones en el estilo de vida por todos conocido hasta ese momento.
En el proceso de este tiempo, resonaron frases absolutistas como: “es el fin de las oficinas”; “se terminó el trabajo presencial”; “las grandes ciudades van a quedar vacías”; “la gente ya no va a ir más a los locales”; para mencionar algunas.
Es cierto que una situación tal como la que nos tocó atravesar a toda la humanidad, nos modifica, nos lleva a repensar y posiblemente a replantearnos un cambio, pero no implica un fin, sino por el contrario una adaptación a un nuevo escenario que incluye buscar la manera de mejorar nuestra realidad.
Está claro que muchos de nosotros y muchas actividades tuvieron que transformarse y actualizarse para acompañar esta etapa, y para esto la tecnología fue el principal aliado.
La virtualidad fue esencial para transitar la pandemia. Así empresas, comercios y profesionales pudieron continuar desarrollándose para seguir conectados.
Ahora, comenzando a transitar el anhelado fin de esta pandemia que tuvo en jaque a todo el mundo, se empieza a percibir que esas frases no representan tanto a la realidad.
Sí, nadie puede desconocer que la aparición del coronavirus nos golpeó fuerte. Nos hace ir en busca del bienestar, pero lo que más instaló esta pandemia es la necesidad del contacto con el otro. Nos mostró la importancia de algo tan simple que teníamos y perdimos, como el trato personal, el compartir, el mirarse cara a cara y poder desarrollar una idea, una negociación o simplemente un café con los compañeros de trabajo.
Es por esto que lejos de ser el fin de todo lo que conocíamos, oficinas, comercios, trabajo en equipo, y la vida en las ciudades, a mi entender es una revalorización.
En este sentido, las oficinas, al igual que los comercios, se van a reconvertir en espacios más abiertos, amplios, con mayor luz natural, y hasta actualizarán la decoración, diseño y ambientación para brindar mayor confort y seguridad a los empleados.
Los nuevos proyectos de edificios pondrán más énfasis en los amenities abiertos, parques y jardines, en donde se pueda disfrutar del aire libre y el verde en plena ciudad y también la incorporación de sectores de coworking, para brindar la comodidad a la tendencia del trabajo híbrido.
La pandemia, en el ámbito del real estate, no es el fin, sino que debe ser tomada como una revalorización y perfeccionamiento para lograr un mayor bienestar en nuestra vida cotidiana.

*Vanesa Armesto: Editora periodística de Real Estate Data. Periodista y Corredora inmobiliaria matriculada de Cucicba. Matrícula 1413. Con una trayectoria de 20 años en el mercado inmobiliario. vanesa@realestatedata.com.ar