Por Salma Montanari*
Aprendé cómo generar tus propios espacios adaptados 100% a tus gustos y estilo de vida, y evitá los errores más comunes a la hora de ambientar tu nueva casa.
Uno de los cambios más grandes en la vida es tomar la decisión de mudarse. No importa si es por primera vez, con una nueva pareja o por la llegada de un nuevo hijo, casi siempre es en función de una nueva necesidad.
No todas las casas o departamentos se transforman en un hogar. Antes de buscar una vivienda hay que tener en claro qué estilo de vida llevás y de esa manera, planear un espacio que vaya con tu rutina y preferencias.
Puesto que “una casa hecha a medida y a gusto personal del dueño, se siente propia de manera natural desde el primer día en que se habita”, según Julieta Wolcan, arquitecta.
Cecilia Posternak, diseñadora de interiores, destaca también “es por no involucrarse en el diseño, o no prestarle atención al lugar que habita. La decoración no debería sentirse como un “gasto” sino interpretarla como parte del bienestar de la persona”.
El confort y la tranquilidad de pasar tiempo en tu casa se logra eligiendo con cuidado. Una manera de comenzar esta búsqueda es realizar una lista de prioridades que te ayude a tomar la decisión correcta.
En este sentido, el estilo de vida se convierte en un factor primordial para tomar la decisión definitiva. En función de eso se darán sus rutinas y se definirán las funciones, las cantidades de espacios, las medidas de los mismos, los materiales y las relaciones que tendrán esos espacios entre sí.
“La inspiración es un recurso muy bueno, pero lo ideal para no equivocarse y no frustrarse en el proceso, es tener en claro cuáles son tus necesidades propias y reales. Entonces voy a poder optimizar mi presupuesto en algo que me guste, que me haga sentir bien, que esté dentro de mis posibilidades y que me sirva al mismo tiempo”, destaca Wolcan.
Se cometen grandes equivocaciones a la hora de la elección, por ejemplo, “pensar en una casa sólo para una etapa puntual de la vida es un error importante ya que debe poder adaptarse –dentro de lo posible- al crecimiento personal y familiar”, afirma la especialista.



Uno de los desaciertos más comunes según la arquitecta es guiarse por la tendencia o por lo que se ve en las redes sociales como “el hogar ideal” sin pasarla por el tamiz personal, porque la casa ejemplar para algunos puede no serlo para sus necesidades del hoy.
Por lo que, Posternak destaca, las tendencias sirven como inspiración, pero no deberían condicionar tu diseño. Lo mejor es tener en claro un estilo y no distraerse con los locales de decoración y construcción que se basan en tendencias.
¿Qué se recomienda hacer cuando la casa es comprada o el dueño no intervino en su diseño?
En este paso, “la persona que la habita tiene que adaptarla a su modo de vida, a la distribución y a las características estéticas que ya encuentra hechas. Y que muchas veces, pueden no cumplir con sus necesidades o su gusto personal”, destaca Wolcan.
En adición, la decoradora sugiere “comenzar de cero; si se eligió esa casa, es porque algo de ella atrajo al comprador. Analizar cada espacio, pensar en la funcionalidad, no apurarse y vivirla para entender su dinámica”.
Además, resalta que la decoración tiene que generar emociones, te tenés que sentir a gusto. Y la impulsividad al momento de comprar no es un buen aliado, por eso, hay que conocerse bien a uno mismo, aprender a seleccionar y desprenderse de lo que no suma.
Es por eso, que uno de los aliados más efectivos a la hora de mudarse es no tener dudas sobre tus preferencias y adaptarla a tu rutina. De esa manera, tu nueva casa va a sentirse como tu nuevo hogar y se volverá funcional.
*Salma Montanari, periodista, redactora, auxiliar de prensa en Empatía Comunidad.