Por Lola Paz Lozano*
Posee múltiples beneficios, no requiere tener un amplio espacio y ayuda de una manera sencilla a la contribución con el cuidado del medio ambiente. Ideas, consejos y testimonios acerca de por qué es bueno compostar.
Todos los días producimos residuos, separarlos hará que reduzcamos la basura. Los restos orgánicos que generamos en nuestras casas -cuando se descomponen-, pueden utilizarse como abono rico y positivo en nutrientes, a esto se lo conoce bajo el nombre de compost.
El proceso de compostaje tiene muchos beneficios, además que es útil como abono para las plantas, ayuda a reciclar aquellos residuos orgánicos que producimos a diario. Esto evita que esa basura vaya a rellenos sanitarios, generando consecuencias tales como la contaminación y la generación de gas metano -que influye en el efecto invernadero-.
¿Cómo se hace un compost? Podés optar por distintos elementos de base para empezar, cajones de madera, macetas, botellas e incluso baldes de plástico; lo que va a diferenciar la manera de hacerlo será el espacio con el que cuentes para realizarlo.

En caso de producirlo dentro de una casa, podés utilizar elementos más grandes y amplios como un cajón de madera, allí comenzás el proceso ubicando una capa de material marrón como aserrín u hojas secas, a eso le sumas otra capa, pero de material verde (pasto o restos de alimentos). Estos dos pasos hay que repetirlos hasta llegar a una buena altura -esto varía según el largo del cajón-, luego tapás el compost para mantener su humedad y semanalmente lo vas a ir mezclando.
Pero si vas a construir un compost en un departamento, quizá sea conveniente algo más pequeño, por ejemplo, una maceta. Algunos pasos a seguir son, llenar la cuarta parte de la maceta con tierra, agregar hasta la mitad residuos orgánicos, nuevamente un poco de tierra para luego taparla. El mantenimiento en este caso es cada cuatro días aproximadamente; con un elemento para airear lo mezclás y agregás agua cada tanto para mantener la humedad del compost.
Tip: es fundamental que el compost esté ubicado en un lugar donde no haya sol, predomine la sombra y que siempre esté cubierto con algo que lo tape.
Es importante destacar que el exceso de agua hará que se dificulte el procedimiento, por eso, hay que estar atento e ir calculando cuándo es necesaria. Se estima que esta técnica demora alrededor de tres meses y una vez que está lista, se reinicia el ciclo del compost.
Los SÍ del compost: restos de frutas y verduras, cáscaras de huevos, saquitos de té o café, yerba mate, papel de diario.
Los NO del compost: carnes, lácteos, aceites, productos químicos, metales, envases y productos no orgánicos.
Es necesario tener un equilibrio en el nivel de humedad, esto hace que la compostera no esté ni muy seca ni muy húmeda. Un dato considerable es ir verificando su olor y color, si posee aroma a tierra fresca y color oscuro, significa que ya está listo para agregar a las plantas, huertas o jardín.
A través de un breve cuestionario, consultamos a aquellas personas hacedoras de compost cómo es su proceso y qué sienten al tenerlo:
- “Pensaba que compostar era algo complejo y además sucio. Ahora no sólo genero menos basura, sino que también ensucio menos de lo que creí”, nos cuenta la periodista Melanie Sillaro.
- “Creía que para compostar necesitaba de un amplio jardín, me informé y empecé mi propio compost en mi monoambiente con una maceta”, relata Belén Rodríguez que vive con su hija de cinco años y sostiene que comparten este buen hábito juntas.
Cada vez más personas deciden contribuir a la ecología reciclando de manera natural sus desechos orgánicos a través del compost. No sólo porque reduce diversos factores que generan mayor contaminación, sino que también aporta una gran ayuda al cuidado del medio ambiente.
Datos útiles: https://ecohouse.org.ar/
*Lola Paz Lozano periodista, redactora, auxiliar de contenidos en Empatía Comunidad.