Por Vanesa Armesto*
Después de dos años manteniéndose dentro de las tres ciudades más caras de Latinoamérica, Buenos Aires descendió al cuarto lugar. ¿Por qué es atractiva para los extranjeros pero los compradores argentinos miran otras opciones?
Los valores de las propiedades vienen experimentando bajas desde hace dos años en forma consecutiva. Podríamos decir que en los últimos meses se desaceleró este descenso, lo que indicaría que estamos arribando al piso de los valores.
El mercado actual presenta oportunidades pocas veces vistas. Un recorrido por los diferentes barrios muestra una diversidad histórica de inmuebles a la venta, muchos de ellos retasados dos y tres veces en los últimos meses.
Esto no hace que los argentinos se vuelquen de manera masiva a la compra de propiedades.
El contexto económico no permite que se despierte el interés de los inversores locales. Pero, por el contrario, se presenta como una muy buena oportunidad para los extranjeros, más teniendo en cuenta la amplísima oferta que se encuentra disponible actualmente.
Sobre todo, Buenos Aires, que descendió al cuarto lugar de las ciudades más caras de Latinoamérica, de acuerdo al Relevamiento Inmobiliario de América Latina de septiembre, que elabora el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella en conjunto con Zonaprop.
Del informe se desprende que el valor del metro cuadrado en la Ciudad asciende a 2.421 dólares; este valor la ubica detrás de Montevideo, Santiago de Chile y Ciudad de México. En comparación con septiembre de 2021, el metro cuadrado en Buenos Aires disminuye un 6,8%.
¿Qué ve el inversor extranjero? El mercado inmobiliario de Argentina es un punto de gran atracción para los extranjeros. Actualmente, se presenta como un negocio interesante, porque los valores se encuentran por debajo de los precios de otras plazas, potenciados por la gran oferta disponible.
Por otro lado, el inversor extranjero invierte para volcarlo en alquiler temporario, de turismo, cuyos valores son exclusivamente en moneda extranjera. Generan una rentabilidad bastante mayor al alquiler convencional y, lo más importante, no se ve afectada por la inflación a la que nuestro país nos tiene acostumbrados. Y hoy por hoy, para el extranjero, Argentina es un país barato para comprar y vacacionar.
¿Qué ocurre con el comprador local? Todo lo contrario a lo que viven los extranjeros. Por un lado tenemos los inversores; este actor del mercado se encuentra ausente, la baja de precios y la variedad de oferta no son suficientes, y entonces busca en otros países de alrededores para destinar sus dólares a la compra de un inmueble. Como en Uruguay o Paraguay, en los que, entre el 2019 y el 2022, siete de cada diez compras de departamentos fueron realizadas por argentinos.
En tanto, el comprador final, aquel con los dólares en el colchón, si bien algo de movimiento genera, ya que mes a mes levemente se incrementan las escrituras, aún se encuentra tímido, indeciso ante el contexto de incertidumbre económica. Las expectativas inflacionarias en alza, y principalmente la falta de financiamiento mediante crédito bancario, no le brindan la seguridad necesaria y postergan la decisión de compra de un inmueble pese a contar con una oferta con valores tocando su piso.

*Vanesa Armesto: Editora periodística de Real Estate Data. Periodista y Corredora inmobiliaria matriculada de Cucicba. Matrícula 1413. Con una trayectoria de 20 años en el mercado inmobiliario. vanesa@realestatedata.com.ar
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