Por Vanesa Armesto*
El sector corporativo y la zona céntrica de la ciudad atravesaron 2 años prácticamente perdidos. La llegada de la pandemia dejó a esta parte del mercado marginada en la soledad. El 2022 puede abrir un nuevo capítulo de oportunidades para la inversión.
La llegada de la pandemia dejó casi sin actividad a la parte corporativa del mercado. El centro porteño, desolado, brinda un paisaje desconocido hasta el momento.
El ruido ensordecedor de sus calles se transformó en un silencio sepulcral. Los edificios de oficinas en donde los empleados circulaban y tropezaban, día a día, de pronto se transformaron en un pueblo fantasma.
Las cuarentenas y el regreso tardío a los lugares físicos de trabajo hicieron que estos espacios, que hasta marzo de 2020 empresas y profesionales se disputaban en muchas oportunidades y tenían lista de espera de posibles aspirantes a inquilinos, en un abrir y cerrar de ojos se desocuparon, dejando vacantes cientos de metros cuadrados, que fueron en aumento con el correr de los meses.
Esto provocó que muchos propietarios, con el fin de no afrontar los gastos de expensas e impuestos del inmueble vacío, lo pongan a la venta. Ante la falta de compradores, comenzaron a bajar sus precios, alcanzando, en muchos casos, valores nunca antes imaginados.
Según Reporte Inmobiliario, en el Microcentro porteño el valor del m2 en Monserrat es de USD 1.445 y en San Nicolás es de USD 1.410; con estas cifras es posible encontrar departamentos de 2 ambientes en un rango de valores de 62.000 dólares y 75.000 dólares, pensando en edificios de buena calidad y con algunos amenities.
La gran incógnita era qué pasaría con tantos metros cuadrados en desuso, cuando todo esto acabara y volviéramos a la normalidad, o al menos a lo que todos conocíamos como normal, cotidiano hasta no hace mucho.
La adopción del home office en forma absoluta, durante gran parte de la pandemia, llevó a replantearse qué sería del futuro de las oficinas e incluso, ampliando, qué sería del centro de la ciudad. Ahora, pensando en el regreso, y luego de la experiencia vivida, la gran tendencia que parece prosperar es el trabajo híbrido, lo que llevaría a edificios, espacios y zonas híbridas.
Y es aquí que se abre un abanico de oportunidades. Los precios que se ofertan actualmente son un 30% más bajos que en épocas anteriores a la pandemia.
Varias opciones de inversión en un mismo lugar:
1-Comprar una oficina por un valor bajo, que puede reconvertirse en vivienda, y alquilarse, en forma temporaria, obteniendo una rentabilidad en dólares.
2-Alquilarla en forma convencional, como vivienda, teniendo en cuenta que prontamente se esperan modificaciones en la Ley de alquileres.
3-Alquilarla como oficina pensando en la vuelta a la normalidad; la rentabilidad que ofrece la parte corporativa históricamente es más redituable que lo habitacional.
La inversión que se realice en estas zonas, para cualquiera de las opciones, va a ser favorable. En poco tiempo los inmuebles allí ubicados se van a revalorizar. Esta revalorización va a estar dada por la nueva fisonomía del microcentro, y por esta mixtura combinada, que marcan los nuevos hábitos, que le van a brindar un atractivo interesante, tanto para aquellos que quieran trabajar cerca de sus hogares, como para los turistas, por la conectividad geográfica.
Precios bajos, un stock que se incrementó en casi un 30% en los últimos dos años, y la proyección de la zona, ubican al Microcentro en el blanco de las miradas para invertir en el 2022.

*Vanesa Armesto: Editora periodística de Real Estate Data. Periodista y Corredora inmobiliaria matriculada de Cucicba. Matrícula 1413. Con una trayectoria de 20 años en el mercado inmobiliario. vanesa@realestatedata.com.ar