Por Valentina Larrea*
Las energías renovables cumplen un rol fundamental ante el avance de la problemática ambiental en todo el mundo. Los países más desarrollados comenzaron con la instalación de paneles solares tanto a nivel industrial como residencial. Ahora bien, ¿qué sucede en Argentina con este fenómeno?
En el 2018 se reglamentó en Argentina la ley 27.424 de Generación Distribuida que habilitó a los consumidores de electricidad a convertirse en generadores a partir de fuente de energía renovable para autoconsumo y eventual inyección de electricidad a la red. Durante la pandemia el desarrollo de las energías renovables alcanzó un récord histórico en el territorio argentino. En promedio, el 9,7% de la demanda eléctrica del país fue abastecida a partir de estas fuentes y en diciembre de ese mismo año se alcanzó el pico histórico, con un consumo del 23,3%. Según comunicó el gobierno nacional, durante el 2020 se habilitaron 39 proyectos en 11 provincias, que añadieron 1.524 MW a la potencia instalada, lo que significó un incremento del 58% respecto al año anterior.
Según datos más actuales, entre julio y septiembre del 2021 las reservas de potencia por parte de nuevos usuarios-generadores se incrementaron un 150%. “El último reporte mensual publicado, correspondiente a septiembre de 2021, indica que desde el inicio del Régimen Nacional de Generación Distribuida se instaló un total de 6,92 MW de potencia”, señaló Gastón Lihour, gerente de operaciones de Grupo Nabla, empresa dedicada a soluciones energéticas.
De ese total de generadores locales, informó Lihour, el 71% pertenece a industrias y comercios, mientras que el 20% pertenece a casas particulares. Si bien se trata de un avance significativo, el margen de crecimiento es gigante, dado que menos del 1% vuelca energía propia en la red.
En términos regionales, el territorio que comprende desde Jujuy hasta Neuquén, es la zona con mayor radiación solar. Por su parte, Córdoba es la plaza con más usuarios de generación distribuida del país. “En agosto del 2021 tenía un 62% de la potencia instalada (3.942,2 kilovatios) y el 57% de los usuarios (332) a nivel nacional”, informó el ingeniero de Grupo Nabla.

La instalación de estos paneles en los hogares no solamente colabora con el medio ambiente, sino que también significa una ventaja económica. Es decir, el usuario residencial puede reducir el gasto –dependiendo del consumo de cada uno- entre un 30 y un 70%.
“Como se ve, existen grandes ventajas para ir migrando de a poco a la energía solar, más allá del costo inicial. Y la Argentina ya está preparada, tanto desde lo legal como desde lo tecnológico y climático, para que las energías renovables ganen mayor protagonismo. El potencial de crecimiento es gigante y entendemos que en los próximos años el porcentaje de generación propia será mucho más alto en todo el territorio”, concluyó Gastón Lihour.
Cómo convertirse en generador
Para producir energía solar en casa, y eventualmente volcar el excedente en la red, el procedimiento es el siguiente: primero el instalador hace un estudio de la demanda energética de la empresa o el hogar y realiza una propuesta. Luego, el usuario debe solicitar la reserva de potencia. En el siguiente paso, el distribuidor da una prefactibilidad al pedido. Con eso, la empresa instaladora coloca el equipo de energía solar y solicita el medidor bidireccional a la distribuidora.

Cuando la instalación ya está hecha, se emite un certificado de usuario-generador que se eleva a la Secretaría de Energía de la Nación. Si bien parece extenso, todo este proceso está informatizado y no debería demorar, en condiciones normales, más de 30 días.
Proyectos futuros
El gobierno habilitó la instalación de dos nuevos parques solares que se inaugurarán en el primer trimestre de este año. Se trata del Parque Solar Sierras de Ullum, de la empresa Genneia; y el Parque Solar Zonda I, de YPF Energía Eléctrica.
*Valentina Larrea: periodista, redactora y auxiliar de prensa en Empatía Comunidad.